El caso británico: del thatcherismo a la Tercera Vía

Abstract

En 1997, el thatcherismo quedó barrido por el Nuevo Laborismo y la "Tercera Vía" abogada por Tony Blair. ¿Con qué consecuencias para el urbanismo? Durante 18 años en el poder, el neoliberalismo thatcheriano hizo retroceder el papel del Estado y dio absoluto protagonismo al mercado libre. El urbanismo (muy potenciado por el Welfare State laborista de posguerra) quedó erosionado, aunque los conservadores no tuvieron más remedio que reintroducirlo para resolver ciertos conflicto medioambientales y locales. El Nuevo Laborismo de Tony Blair pretende unir socialdemocracia y liberalismo en una "Tercera Vía" que busque tanto logros sociales como objetivos económicos. El Estado debe intervenir para impedir la exclusión social, pero a la vez hay que ponerle todo tipo de facilidades al mundo empresarial para que sea competitivo en la era de la globalización. La "Tercera Vía" se basa en el consenso y en la conciliación con tintes cristianos. También se basa en el desarrollo de las regiones y de la democracia local mediante políticas de descentralización. Esta nueva aceptación de lo colectivo y también la preocupación por una sociedad más ecológica le otorga al urbanismo una mayor legitimidad. Las políticas de solidaridad social y las nuevas formas de democracia local deberían favorecer al urbanismo. Pero ¿conseguirán los tres objetivos del urbanismo (eficacia económica, sostenibilidad medioambiental y cubrir necesidades sociales) encontrar su hueco, o predominarán los imperativos de la competición económica internacional? La "Tercera Vía" de Tony Blair pretende compaginar los intereses de todos para que todos salgan ganando, pero corre el peligro de que se subestimen los conflictos

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