Fundamento: la danza clásica requiere de capacidades específicas a nivel de fuerza, velocidad, y flexibilidad. El entrenamiento implica sobrecarga y estrés a largo plazo, al haber desequilibrio entre cargas y recuperación se puede originar síndrome de sobre entrenamiento. No existen procedimientos específicos que permitan diagnosticar este síndrome, es necesario tener marcadores que proporcionen información previa a su desarrollo. El análisis de la variabilidad del ritmo cardiaco es una herramienta válida y no invasiva para evaluar el sistema nervioso autónomo frente a la carga de entrenamiento. Objetivo: determinar la influencia de las fases de preparación al estreno de temporada sobre el control autonómico del ritmo cardiaco, ingesta energética y la calidad del sueño en bailarines de danza clásica. Método: se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal realizado en la ciudad de Santiago de Chile, durante la preparación previa de bailarines de danza clásica, para la temporada del 2015 que se realizó durante el mes de julio. El universo estuvo constituido por los 25 bailarines profesionales, la muestra quedó conformada por nueve individuos sanos y sin lesiones y/o tratamiento farmacológico. A los bailarines se les registraron parámetros de variabilidad del ritmo cardiaco, registro de consumo de alimentos de 24 horas y encuesta de calidad de sueño. Se utilizó estadística descriptiva para medidas de tendencia central. Para la comparación de las fases, se utilizó la prueba de t student. Para el análisis de correlación se utilizó el test de Spearman. Resultados: no hubo diferencias significativas entre los parámetros evaluados. Se encontró una correlación entre pNN50 y el puntaje del Índice de calidad del sueño de Pittsburgh en la fase 1 (r= -0,77; p= 0,02). Conclusiones: desde el punto de vista estadístico los resultados sugieren que las fases de preparación previas al estreno no influyen en la variabilidad del ritmo cardiaco, ingesta energética y calidad de sueño. Clínicamente se observó que la variabilidad tiende a disminuir mientras que la ingesta energética aumenta y la calidad del sueño tiende a mejorar