Las semillas de chía son buena fuente en fibra soluble, aceite y proteínas. Estas semillas se consumen directamente
en zumos, productos lácteos o de repostería, o bien se utilizan como materia prima para la extracción secuencial de los citados componentes funcionales.
El residuo resultante de estas extracciones podría ser de gran interés desde el punto de vista nutricional y tecnológico