La composición en la era digital: prótesis y permisividad

Abstract

El primer instrumento del hombre fue (es) su propia voz, su propio cuerpo. A lo largo de los milenios el hombre músico extendió las posibilidades sonoras a los materiales que están fuera de su cuerpo, creando recursos sonoros con maderas, parches y metales. Sin embargo, el enriquecimiento que esta industria propuso exigió un alejamiento de lo inmediato que sí es dado por la propia voz. Así, los instrumentos devinieron en prótesis que, por un lado, extienden las posibilidades musicales pero, por el otro, pueden debilitar capacidades específicas como la discriminación auditiva y la expresión rítmica. Este proceso se ha agudizado con el advenimiento de las nuevas tecnologías gracias a las cuales no es necesario dominar la techné que sí exigen los instrumentos acústicos. En este recorrido se ha perdido la necesidad de tener una buena voz, una correcta discriminación de las alturas y un sentido flexible del ritmo. Se ha perdido el cuerpo. Este artículo indaga acerca de las consecuencias de la tecnología electrónica y de su última etapa, la tecnología digital, llamando la atención sobre la incorporación no crítica de las herramientas ofrecidas por un mercado necesitado de aumentar sus beneficios.Sesión temática: Música y tecnología digital: abordajes desde la composición, la interpretación y la comunicaciónLaboratorio para el Estudio de la Experiencia Musica

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