El clorpirifos (CPF) es uno de los parasiticidas más utilizado en la producción bovina de carne de Mendoza para combatir garrapatas, moscas, piojos y ácaros. Su mecanismo biocida está dado por la inhibición de la enzima acetilcolinesterasa, pero su acción tóxica se debe además a la capacidad de generar estrés oxidativo debido a la producción de radicales libres derivados de la peroxidación lipídica, causando disturbios en la fisiología y
bioquímica de las células sanguíneas