Se ha comprobado que el humo de tabaco es un contaminante ambiental. Alrededor de 6 millones de personas mueren
anualmente en el mundo por afecciones relacionadas con el tabaco. Esto se debe a que tanto el tabaco como el humo de
este se encuentran constituidos por aproximadamente 3.044 constituyentes que han sido aislados del tabaco y 3.996 del
humo. De estas sustancias se han identificado más de 69 agentes mutagénicos y carcinogénicos. Los cuales producen
efectos genotóxicos asociados a daño temprano del ADN, debido a que a nivel celular se produce estrés oxidativo generado
por especies reactivas del oxígeno. La exposición al humo de tabaco ambiental puede ser mediante: absorción
intradérmica, inhalación de partículas producidas por la combustión del cigarrillo y la ingestión de residuos adheridos en la
piel del animal a través del acicalado