'Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia'
Abstract
Respectivamente, en los cursos y programas de hábitos y técnicas de estudio, se
viene diciendo que la mejor forma para conseguir la máxima retención de cualquier
tipo de información, conlleva la utilización simultánea del mayor número de procesos
sensoriales durante el período de memorización (Hemández Pina, 1990). Esto implicaría
la necesidad de estudiar los contenidos teóricos y prácticos de las diferentes
materias del currículum escolar desde la perspectiva del análisis de patrones
estimulares complejos. Ni que decir tiene que, en última instancia, la función de
reconocimiento e integración de la información contenida en estos estímulos complejos,
correspondería al sujeto y, más específicamente, sería el resultado de la
interacción ambiente-organismo, facilitada, concretamente, por la funcionalidad de
las áreas corticales secundarias y terciarias de nuestro cerebro.
Por otra parte, el estudio realizado por el alumno de los contenidos propios de
una materia escolar, suele ir procedido de una explicación que con anterioridad el
profesor realizó en el aula. Llegados a este punto, debemos hacemos la siguiente
pregunta: ¿nuestro modelo educativo, correspondiene al segundo ciclo de E. G. B. y
B. U. P., facilita la estimulación atencional de los diferentes procesos sensoriales
del alumno/a en el aula? Dicho de otra forma, ¿estimulan los profesores la atención
de sus alumnos atendiendo a la varibilidad individual existente en su aula? La
experiencia nos dice que, generalmente, no