Una reflexión sobre experiencias literarias en la primera infancia y las marcas de afectividad

Abstract

La comprensión de lectura es derivada de la concepción de lengua, texto, sujeto y también del sentido que se reconoce. Para Ingedore Koch y Vanda Elias (2006) es a partir del diálogo y la interacción entre el texto y los sujetos involucrados en el proceso de lectura que el sentido se construye, movilizando saberes y haciendo del acto de leer una actividad ampliamente compleja de producción de sentidos. Se observa que la lectura está presente en todos los campos en los que el niño está incluido, tanto en el ámbito social como en el ámbito personal, siendo que la familia se destaca como la primera institución encargada de incentivar su desarrollo intelectual, afectivo y social. En segundo lugar se encuentra la escuela, un ambiente donde el niño se relaciona socialmente y experimenta un mundo diferente del acostumbrado por ella, encontrándose con dificultades de socialización por falta de orientación adecuada. Maria Rocha (2005) afirma que con los libros no es diferente, es siempre necesario que haya un incentivo por parte de los profesores, pedagogos y otros responsables involucrados en la convivencia con el niño. Este estimulo puede ser introducido en el cotidiano escolar por medio de juegos, recreación, entre otras actividades pedagógicas, resaltando que lo fundamental sea innovar con actividades creativas para que la rutina no se torne mecanizada, además de mantener el trabajo enfocado en la interacción entre los niños para que su desarrollo relacionado a la lectura sea eficaz y positivo. De esta manera, el papel del profesor se ha vuelto mucho más complejo y exigente, debido a que éste ya no se considera un reproductor de informaciones y conocimientos, sino un mediador en el proceso de aprendizaje, o sea, el sujeto que contribuye con la construcción de los conocimientos. Así, el educador pasa a asumir la función de socio más experimentado, implicando nuevos saberes y actitudes que posibilitan a los alumnos integrar los aspectos cognitivo, afectivo y la formación de actitudes en el proceso de aprendizaje. Por lo tanto, para la realización de este trabajo proponemos una investigación bibliográfica, con enfoque cualitativo, a partir de una reflexión teórica con respecto a las discusiones de experiencias de lectura literaria y afectiva, además de surelación con el proceso de formación del lector (Koch y Elias, 2006; Girotto y Souza, 2016)

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