En este capítulo se describen dos experiencias concretas de organización del trabajo en seguridad del paciente en dos áreas sanitarias de dos comunidades autónomas. Cada una tiene ventajas e inconvenientes en el despliegue de la estrategia de seguridad del paciente si bien, cada una tiene la virtud de adaptarse lo mejor posible a las circunstancias organizativas del medio en el que trabaja. La finalidad de ambas experiencias es poner sobre la mesa que la incorporación de la cultura de seguridad del paciente de una manera efectiva no se fundamenta creando estructuras nuevas sino consiguiendo adaptar la realidad existente para que se priorice mejorar la seguridad del paciente en el sistema sanitario