'Universidad de Sevilla - Secretariado de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologias'
Abstract
Una orientación filosófica en la esquizofrenia no sobra. Las teorías neuropsicológicas
al uso todavía no ofrecen una explicación cabal, después de más de cien años, incluyendo
la década del cerebro. Y lo que es todavía peor, ahora ni siquiera se proponen ofrecer
al menos un entendimiento. Así que ni explicación ni comprensión. Ahora bien, sin un
entendimiento que se haga cargo de la experiencia y de la conducta que supone el trastorno
llamado esquizofrenia, difícilmente se puede alcanzar una explicación que merezca
el nombre de científica (por mucho vestuario cienti-forme con el que se presente). El
entendimiento que se propone aquí retoma la tradición de la fenomenología, de acuerdo
con los nuevos desarrollos que, a pesar de las tendencias dominantes, siguen activos en
la psiquiatría y la psicología clínica. Se replantea la esquizofrenia como un trastorno
básicamente de la auto-conciencia y del sentido común. En este sentido, se ofrecen unos
apuntes de fenomenología aplicados a los síntomas negativos, las alucinaciones y los
delirios. Bien entendido, en todo caso, que se considera la esquizofrenia como una figura
unitaria (no un cuadro) dentro de ser variable su configuración.Among approaches to schizophrenia, the philosophical perspective has every right
to be taken into account. Current neuropsychological theories have yet to provide a sound
explanation, after more than 100 years, including the Decade of the Brain. And worse
still, they no longer even set out to offer an understanding. So we are left with neither an
explanation nor an understanding. But without an attempt to comprehend the experience
and behaviour involved in the disorder called ‘schizophrenia’, there is scarce likelihood
of achieving an explanation worthy of being called ‘scientific’ (however well dressed
up in the clothing of scientific forms). The understanding we propose here takes up the phenomenological tradition, in accordance with the new developments that, in spite of
the dominant tendencies, continue to be active in psychiatry and clinical psychology.
Schizophrenia is reappraised as a disorder basically affecting self-awareness and common
sense. Thus, we apply a phenomenological approach to the negative symptoms, hallucinations
and delusions. Bearing in mind, naturally, the consideration of schizophrenia as
a unitary concept (not a set of symptoms), albeit variable in its form