Los principales mercados de acciones del mundo han consumado, en 2002, el tercer ejercicio con rentabilidades anuales negativas en sus indicadores básicos de referencia. Si exceptuamos a la bolsa de Tokio, este hecho tiene pocos precedentes históricos, lo cual da una idea del peso del ajuste sufrido por las cotizaciones desde los máximos (también en muchos casos históricos) de la primavera del año 2000. Un ajuste donde la drástica reducción de los tipos de interés en todo el mundo, no ha podido compensar lo suficiente la crisis de confianza de los inversores y el acusado descenso de los beneficios empresariales en los últimos 18 meses