¿Dónde habita la comunicabilidad del objeto arquitectónico? Esta pregunta aparentemente sencilla exige una respuesta de gran complejidad. Indiscutiblemente, la comunicabilidad se materializa en la encrucijada entre el proyecto y el uso. Y en la satisfacción de estas dos premisas fundamentales de la arquitectura, con mayor o menor acierto, estará el grado de comunicabilidad del objeto arquitectónico. Pero ¿cuáles son los elementos responsables de construir esta comunicabilidad? ¿Hasta qué punto puede controlar el arquitecto estos elementos y garantizar la comunicabilidad
deseada? El compromiso de realizar un proyecto arquitectónico coherente con el mensaje que se quiera transmitir es muy complejo, porque depende de una comprensión profunda, por parte del arquitecto, de los factores que intervienen en el proceso creativo proyectual y en la relación posterior con el entorno y con el usuario.Peer Reviewe