Durante el siglo XIX se impuso el uso del papel pintado como revestimiento mural en sustitución de la pintura o de los tapices. Esta técnica decorativa, de origen oriental y muy vinculada a la fabricación y uso del papel, se imitó en Europa a finales del siglo XVI, pero alcanzó sus mejores representaciones a finales del XVII. Dado su valor histórico y artístico, este arte ha sido incluido en el patrimonio cultural, ya que las iconografías que muestra ayudan a interpretar la evolución de las tendencias decorativas de las distintas épocas a lo largo de la historia.
En este trabajo hemos estudiado los papeles pintados del siglo XIX que decoran los muros de las salas nobles de la torre-palacio de los Varona en Álava, algunos de los cuales fueron importados de las mejores manufacturas europeas y otros son de producción nacional. Partiendo del conocimiento del contexto histórico, estos papeles pintados se han analizado desde el punto de vista iconográfico y estilístico, lo que nos ha permitido profundizar en los intercambios artísticos entre Francia e Inglaterra, así como en el mensaje que estas obras de arte han tratado de transmitir. Se trata de panorámicas de primeras ediciones de las cuales se conservan pocos ejemplares en el mundo, con el valor añadido de que aquí podemos contemplarlas in situ. Estos ejemplares constituyen uno de los conjuntos más completos y mejor conservados de Europa.
Queremos señalar dos contribuciones importantes. Por un lado, hemos podido identificar las fuentes literarias y gráficas de las que provienen las musas que adornan la Sala del Quijote. Y por otro lado, hemos aportado interpretaciones inéditas a la iconografía de la cenefa que acompaña a las grisallas ubicadas en el despacho o gabinete, situado junto a la estancia citada anteriormente