Este trabajo evalúa la magnitud del crecimiento económico de España en el siglo XVIII y establece su distribución en el tiempo y en el espacio. Se sustenta en el estudio crítico de una extensa base factual de bautizados, difuntos y registros decimales, de numerosos materiales publicados y de una amplia bibliografía. Sostiene una visión de la economía española en el Setecientos, sobre todo en su segunda mitad, más positiva que la ofrecida tradicionalmente. Resalta, en ese sentido, la intensidad del crecimiento demográfico español en dicha centuria y su aceleración desde 1750, la simultaneidad del mismo, y del progreso económico asociado, en la mayor parte de las regiones peninsulares en la segunda mitad del siglo y, en ese mismo período, el protagonismo del descenso de la mortalidad en el avance poblacional, la menor frecuencia e intensidad de las crisis demográficas, el aumento y diversificación de la producción agraria y el incremento aún más importante del producto no agrario