Following the terrorist attacks of September 11th 2001 security policies aimed at combating terrorist threats have been implemented all around the world. Governments and experts emphasize that this ‘new terrorism’ requires totally new means of fighting it. As a result new counter-terrorism is spreading and seems to be appearing everywhere. But how do we know if any of the policies intended to tackle terrorism are really working? How can we measure the effectiveness of these measures? Governments and officials point to the number of incidences, arrested and killed terrorists or the amounts of terrorist financing that has been confiscated as an indicator, while academia often refers to more sophisticated equations involving time series in risk management and cost-benefit calculations. Although, these rationalist approaches appear straightforward and seem to provide the quantified data required for the measurement of the success of these policies, there seems to be an error in the measure of terror! This paper will provide a critique of the existing rationalist methods of assessing the effectiveness of counter-terrorism and is predominantly aimed at highlighting their weaknesses as well as introducing the need for further research into additional and alternative ways of evaluating counter-terrorism.Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, se han llevado a cabo en todo el mundo políticas para combatir las amenazas terroristas. Los gobiernos y los expertos resaltan que este “nuevo terrorismo” requiere medios totalmente nuevos para combatirlo. En consecuencia, el nuevo contraterrorismo se está extendiendo y parece estar apareciendo en todas partes. Pero ¿como sabemos si estas políticas orientadas a combatir el terrorismo están funcionando realmente? ¿Cómo medir la eficacia de estas medidas? Los gobiernos y los funcionarios utilizan como indicador el numero de incidentes, de terroristas detenidos o muertos o las cantidades de dinero destinado a la financiación de los terroristas que se han confiscado; mientras que los académicos emplean frecuentemente ecuaciones mas sofisticadas, con series temporales de gestión de riesgos y cálculos coste-beneficio. Aunque estos enfoques racionalistas parecen claros y aparentan proporcionar los datos cuantitativos necesarios para medir el éxito de estas políticas, ¡parece haber un error en la medida del terror! Este artículo aporta una crítica de los métodos racionalistas existentes para evaluar la eficacia del contraterrorismo, y pretende ante todo resaltar sus debilidades así como presentar la necesidad de nuevas investigaciones sobre métodos adicionales y alternativos para evaluar el contraterrorismo