A lo largo de las últimas décadas se pueden reconocer diversos procesos de dispersión, concentración y
creación de nuevas centralidades en el territorio vinculado al área de influencia de la ciudad de Alicante.
El análisis de estos procesos y sus relaciones tienen,
no sólo interés en sí mismos, sino que ofrecen un
conocimiento que permite prever las pautas de evolución
en la ocupación futura del suelo. En cualquier
caso, para acercarnos a estos procesos es necesario identificar las transformaciones territoriales y sus
causas que, en ocasiones, tienen un carácter glob
al aunque estén relacionadas con procesos de ámbito
local como son la influencia de las infraestructuras, los elementos de atracción local o los espacios de
consumo, ocio y negocio. En los años cincuenta esta zona litoral aparecía como un territorio en el que se
situaban poblaciones compactas unidas por débile
s infraestructuras y se mantenía una importante
ocupación de suelo destinado a agricultura, de la q
ue en la actualidad quedan escuetos testimonios en
unas zonas muy concretas situadas entre Alicante y S
an Juan y entre las ciudades de Elche y Santa Pola.
La ocupación de la franja costera en esos años estaba constituida sólo por pequeños núcleos aislados
como Santa Pola o Campello.
El primer proceso de dispersión urbana del municipi
o de Alicante se produce a partir de 1960 con la
apuesta por el desarrollo turístico
junto a la playa de San Juan, que en
los años setenta, presenta como
imagen destacada el gran crecimiento de la ciudad
central y la expansión en el territorio de la
urbanización de manera dispersa. En la actualidad,
los municipios de San Juan, Muchamiel y San Vicente
del Raspeig en el norte de Alicante, han favorecido
la creación de importantes superficies destinadas
ocupaciones de baja densidad consolidando la superficie de estos municipios como las áreas suburbanas
de Alicante por excelencia. En el sur de la ciudad de Alicante, la creación desde los primeros años de la
actual década de dos actividades terciarias como la
oficina para el registro de marcas, dibujos y modelos
de la Unión Europea, y la Ciudad de la Luz, próximos
al aeropuerto, convierten a esta zona en una de las
de mayor potencialidad de desarrollo. Las urbanizaciones aisladas situadas en enclaves
fundamentalmente costeros ha sido uno de los modelo
s de crecimiento urbano a lo largo de las últimas
décadas que sigue produciéndose en los últimos años y en los que destacan la ocupación del litoral hacia
el sur de la ciudad de Alicante a lo largo de la carretera nacional 332, basada en el desarrollo de grandes
urbanizaciones aisladas.
Si hace unos lustros las áreas de gran accesibilidad rodada a que daban lugar las grandes
infraestructuras viarias, eran potencialmente es
pacios destinados a centros comerciales, parques
tecnológicos o polígonos industriales a excepción de la carretera hacia Madrid, que mantiene esta
actividad industrial, en estos momentos, estos territorios aparecen ocupados por nuevos usos
residenciales y de ocio, entre los que destacan los campos de golf. El agotamiento total del suelo para
actividades urbanas parece difícil de evitar a tenor de los procesos históricos analizados y los planteamientos de futuro ya presentados
y la necesidad de una idea global e integradora de este territorio, hoy en día se convierte en una reivindicación ya irrenunciable