Este ensayo es una reflexión sobre el terrorismo, mostrando su evolución a través de la historia y su exacerbación actual, señalando además que el terrorismo de Estado, a pesar de ser la forma más mortífera, tiende a ser públicamente aceptada. De igual forma, enfatiza que el ataque a las Torres Gemelas se ha utilizado para justificar ataques preventivos, torturas y hasta la suspensión de la protección legal a prisioneros, y se pregunta cuál debe ser la política pública para combatir el terrorismo de una manera ética, mostrando por qué la solución del mal menor propuesta por Michael Ignatieff es sólo un viejo truco argumentativo y no conduce a cambios reales. Por ello, se insiste en el diálogo como forma de garantizar el reconocimiento de la diversidad, la defensa de los derechos civiles y el fortalecimiento de la democracia. Finalmente, se analizan diversos aspectos del militarismo, mostrando las relaciones de esta tendencia con el género y específicamente con la masculinidad