Antecedents: The Human Immunodeficiency Virus is currently considered a chronic disease; hence, quality of life is an
important goal for those suffering the disease or living with someone afflicted by the virus.
Objectives: We sought to measure the quality of life in individuals living with acquired immunodeficiency syndrome virus
and establish its relationship with socio-demographic and clinical variables.
Methods: This is a cross-sectional, descriptive study with a sample of 137 HIV-infected individuals attending three
healthcare institutions in the city of Cali, Colombia. Quality of life was measured via the HIV/AIDS-Targeted Quality of Life
(HAT-QoL) instrument. The descriptive analyses included mean and standard deviation calculations. To determine the
candidate variables, we used the student t test and the Pearson correlation. The response variable in the multiple linear
regression was the score for quality of life.
Results: Some 27% of the sample were women and 3% were transgender; the mean age of the sample was 35 + 10.2 years;
88% had some type of health insurance; 27% had been diagnosed with AIDS, and 64% were taking antiretroviral medications
at the time of the study. Quality of life was measured through a standard scale with scores from 0 to 100. Participants’ global
quality of life mean was 59 + 17.8. The quality-of-life dimensions with the highest scores were sexual function, satisfaction
with the healthcare provider, and satisfaction with life. The highest quality-of-life scores were obtained by participants who
received antiretroviral therapy, had health insurance, lower symptoms of depression, low frequency and intensity of
symptoms, and no prior reports of sexual abuse. Eight variables explained 53% of the variability of the global quality of life.
Conclusions: Those receiving antiretroviral therapy and who report fewer symptoms best perceived their quality of life.
Implications for practice: Healthcare providers, especially nursing professional face a challenge in caring to alleviate
symptoms and contribute to improving the quality of life of their patients. Antecedente: Hoy en día se considera el VIH como una enfermedad crónica; por tanto,la calidad de vida es una meta
importante de alcanzar en las personas que viven y conviven con el virus.
Objetivos: Medir la calidad de vida en personas que viven con el virus del sida y establecer la relación con variables sociodemográficas
y clínicas.
Métodos: Estudio transversal, descriptivo, con muestra no probabilística de 137 personas con VIH que asistieron a tres
instituciones de salud de Cali, Colombia. La calidad de vida se midió con el instrumento Hiv/Aids-Targeted Quality of Life
(HAT-QoL). El análisis descriptivo incluyó los cálculos de promedio y desviación estándar. Para determinar las variables
candidatas se utilizaron la prueba t de Student y la correlación de Pearson. La variable respuesta en la regresión lineal múltiple
fue el puntaje de calidad de vida. Resultados: De los encuestados27% eran mujeres y 3%
transgéneros; la edad promedio fue 35 + 10.2 años; 88% tenían
algún tipo de seguro de salud; 27% con diagnóstico de Sida
y 64% con tratamiento antirretroviral en el momento del
estudio. La calidad de vida se midió con una escala
estandarizada de 0 a 100; el promedio de calidad de vida global
fue de 59 + 17.8; las dimensiones de calidad de vida que mayor
puntaje obtuvieron fueron la función sexual, la satisfacción
con el proveedor de cuidados de salud y la satisfacción con
la vida. Los puntajes más altos en calidad de vida los obtuvieron
personas que recibieron tratamiento antirretroviral, con
acceso a algún seguro de salud, menor sintomatología depresiva,
baja frecuencia e intensidad de síntomas y sin antecedentes
de abuso sexual. Ocho variables explicaron 53% de la
variabilidad de la calidad de vida.
Conclusión: Las personas que reciben tratamiento
antirretroviral y que informan menos síntomas son quienes
mejor perciben su calidad de vida. Implicaciones para la
práctica. Los proveedores de salud especialmente los profesionales
de enfermería tienen un reto en el cuidado para aliviar
los síntomas y hacer un aporte a la calidad de vida de los
pacientes