Los fósiles vegetales hallados en la Provincia de Buenos Aires, están principalmente representados por aquellos de la flora pérmica de la Sierra de Pillahuincó, ya que no se conocen otros restos vegetales en el Paleozoico, aparte de ciertos restos de naturaleza problemática, y no se han hallado sedimentos mesozoicos.
Con respecto a formaciones sedimentarias más jóvenes, sólo hay citas aisladas de restos vegetales sin descripción.
En 1916 Wichmann cita fructificaciones de Charáceas para el Pospampeano de Bahía Blanca en comparación con material de Río Negro, de las cuales ilustra un ejemplar que considera genéricamente indeterminable por carecer de la corona apical de células que permitiría saber si se trata de Chara o Nitella.
En 1933 Rusconi cita, en una nota preliminar, la presencia de leños fósiles en las arenas puelchenses de Villa Ballester, cita que reitera en 1934, también sin determinación del material. Posteriormente dicho autor entrega ese material al profesor A. C. Scala para su determinación, quien fallece antes de describirlo, pero dejando la determinación respectiva, (in schedis) que Rusconi transcribe en 1934, con el número de su colección particular. Tales determinaciones son:
“ N° 570 a 573, Quebrado Colorado (Schinopsis Lorentzii)
N° 574, Quebrado colorado? N° 575, muy descompuesto (Quebracho colorado?)
N° 576, Cedro colorado (Cedrela fissilis) N° 577, cortezas y leños de algarrobo (negro?)
N° 578, Algarrobo (negro?, Prosopis nigra)
N° 579, corteza de (quebracho colorado?)
Nº 580, Mora (?), Chlorophora tinctoriá)
N° 581, Urunday (?) (Astronium balansae)
N° 582, Ceibo (Erythrina cristagalli) ”
En 1936 y 1937 Rusconi vuelve a citar estos ejemplares en una lista sobre organismos fósiles del Puelcbense de Buenos Aires.
Otras citas se refieren a microfósiles de Buenos Aires que 6on considerados en otra parte de esta obra.
La flora de las sierras australes de Buenos Aires fue estudiada por Harrington en 1934, cuya enumeración cita posteriormente en 1947 con el agregado de Walkomia sp.
Desde entonces, salvo dos notas del autor (1962 a y b) no hubo otro aporte al conocimiento de dicha flora, por tal motivo, en base a nuevas colecciones hechas por los doctores, A. Amos, H. Castellaro, T. Suero y el autor y el material original de Harrington, se ha hecho en este trabajo, una revisión de la flora de la Sierra de Pillahuincó.Digitalizado en SEDICI-CIC Digita