Las inestabilidades escafolunares constituyen el 90% de las inestabilidades carpianas, seguidas de las lunopiramidales y en menor porcentaje de las mediocarpianas. El objetivo final del tratamiento conservador será conseguir una articulación no dolorosa, estable y finalmente capaz de soportar los requerimientos de su actividad laboral, social y/o deportiva. Todo ello logrando un equilibrio entre la movilidad, la estabilidad, y la correcta transmisión de fuerzas hacia las articulaciones de la muñeca y de la mano.
Es básico conocer cuáles son los 4 elementos que sustentan una buena estabilidad de la muñeca: la buena congruencia articular, la integridad de todo el sistema ligamentario extrínseco e intrínseco —que constituyen la estabilidad estática—, el mantenimiento de un buen tono muscular antebraquial, y por último disponer de un buen control neuromuscular y propioceptivo; estos 2 últimos constituyen la estabilidad dinámica y es ahí donde la rehabilitación juega un papel esencial