Las manifestaciones iconográficas han sido referentes para el estudio del poder desde tiempos remotos; el complejo programa decorativo del Salón de Reinos representa por si solo, de forma plástica, el poder ejercido por la Monarquía de los Austrias, como estandarte de la culminación de una época donde la concepción de la imagen de la Corona y los monarcas estaba sujeta a un control exhaustivo. Muchos autores han realizado trabajos acerca de este Salón, pero en la mayoría de ellos el estudio se limita al valor iconográfico de las obras. En ese marco, este trabajo intentará dar un paso más allá de lo meramente visual. La metodología empleada se ajustará a la Historia de la Cultura y al Método iconográfico-iconológico, junto a preceptos más actuales, donde muchos autores reclaman que las producciones artísticas sean contempladas como una oportunidad adicional para rellenar vacíos de determinados procesos históricos, además del uso de la documentación disponible para apoyar lo que dicen las imágenes. El acercamiento a este espacio de poder se hará teniendo en cuenta la individualidad de cada uno de los bloques iconográficos que lo componen y su conceptualización global