Almud, Ediciones de Castilla - La Mancha, Ciudad Real
Abstract
En el pasado, componer mapas digitales con información diversa era una tarea
reservada a expertos en sistemas de información geográfica (SIG). Recientemente,
diversas organizaciones empezaron a proporcionar mapas interactivos, como Google
Earth, Google Maps, Bing y OpenStreetMap, entre otras. Estas aplicaciones
informáticas permiten al usuario consultar y componer mapas con los elementos,
el ámbito geográfico y el nivel de zoom que más les convengan, y son muy útiles
también en Biogeografía – por ejemplo, para localizar zonas con especies o hábitats
específicos, como plantas conspicuas, escarpas o charcas temporales. Los mapas
interactivos tienen diversas ventajas sobre los mapas estáticos tradicionales. En
particular, dan acceso a información más actualizada y contienen herramientas que
permiten consultar y combinar información diversa sin tener formación en SIG.
Más recientemente, han surgido aplicaciones informáticas que permiten
al usuario hacer mapas interactivos con sus propios datos, y luego compartirlos
con personas específicas o incluso con el público. Varios de estos programas están
disponibles como software libre y de código abierto – es decir, se pueden utilizar,
modificar y redistribuir libremente, y evolucionan con las aportaciones de los
usuarios. Es el caso de Leaflet, una librería de funciones de JavaScript, a la que se
puede acceder también desde otros programas libres de SIG o de análisis de datos,
como QGIS o R y sus extensiones.Los mapas interactivos no son difíciles de construir, son muy fáciles de utilizar,
y tienen un enorme potencial, sea para explorar a fondo nuestros (u otros) datos
y resultados de una forma práctica y flexible, sea para divulgarlos de una forma
clara y atractiva. Los mapas interactivos se utilizan cada vez más en investigación,
educación y divulgación en multitud de disciplinas, incluyendo la Biogeografía.
Aquí se presentan tres ejemplos prácticos actualmente en curso: un proyecto sobre
los recursos geológicos del sureste ibérico; otro sobre la localización e identificación
de charcas temporales; y el atlas de distribución de los mamíferos de Portugal
(Figura 1), cuyos mapas se hacen disponibles de una forma en la que cualquier
usuario puede explorar a fondo toda la información contenida, haciendo consultas
relativamente complejas de una forma intuitiva, sin cualquier conocimiento previo
de SIG o de manejo de datos. Se muestra también como cualquier persona con
conocimientos básicos del lenguaje de programación R puede construir sus propios
mapas interactivos para explorar datos geográficos que estén disponibles de forma
estática como, por ejemplo, el Inventario Español de Especies Terrestres