Producción CientíficaEs reseña de: M. Lewiński y D. Mohammed (eds.), Argumentation in Political Deliberation, Amsterdam, Philadelphia: John Benjamins Publishing Company, 2015, 178 pp. ISBN: 978-90-272-4264-

Corredor Lanas, María Cristina

Revista Iberoamericana de Argumentación

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Repositorio Documental de la Universidad de Valladolid

Revista Iberoamericana de ArgumentaciónRevista Digital de Acceso Abierto http://e-spacio.uned.es/ojs/index.php/RIAEditada por el Departamento de Lógica, Historia y Filosofía de la Ciencia Copyright©CristinaCORREDORSe permite el uso, copia y distribución de este artículo si se hace de manera literal y completa (incluidas las referencias a la  Revista Iberoamericana de Argumentación), sin fines comerciales y se respeta al autor adjuntando esta nota. El texto completo de esta licencia está disponible en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/legalcode.esRIA 11 (2015): 1-7ISSN: 2172-8801Reseña:M. Lewiński y D. Mohammed, eds.Argumentation in Political DeliberationM. Lewiński y D. Mohammed (eds.) (2015) Argumentation in Political Deliberation. Amsterdam, Philadelphia: John Benjamins Publishing Company. 178 pp. [ISBN: 978-90-272-4264-8 (hb), 978-90-272-6827-3 (e-book)]Por: Cristina CorredorDepartamento de FilosofíaUniversidad de ValladolidPlaza del Campus, s/n.  47011 Valladolidcorredor@fyl.uva.esDirectores   Luis Vega   Hubert MarraudSecretaria   Paula OlmosEdición Digital   Roberto Feltrero2. Res.: M. Lewiński & D. Mohammed, Arg. in Political Deliberation          Por: C. CORREDORLa deliberación en el ámbito público ha sido un tema de preocupación y de estudio desde la época clásica. En la actualidad, es un tema de extraordinario interés en la vida social y política de las sociedades modernas, en gran parte (aunque no solo) por la compleja y decisiva relación existente entre la argumentación pública y las políticas públicas. Esta importancia se ha visto acrecentada por el extraordinario desarrollo de las  tecnologías  de  la  información  y  la  comunicación,  muy  en  particular  por  la repercusión que las redes sociales y el espacio virtual en general están alcanzando y es de prever que continuarán teniendo, en modos en gran medida impredecibles. Un aspecto central en el estudio de la deliberación en el ámbito público, tanto formal como informal, tiene que ver con la argumentación: con los tipos, procedimientos y procesos, objetivos  y  contextos,  métodos y contenidos,  así  como en general  con la  función, formas y calidad de la argumentación en la deliberación pública. El volumen que aquí se  reseña  viene  a  contribuir  a  este  ámbito  de  interés  y  estudio,  proporcionado resultados originales de investigación de una manera competente y bien informada. Ofrece  así  una  visión  en  conjunto  ampliamente  abarcadora,  tanto  teórica  como aplicada  a  ejemplos  relevantes,  de  las  prácticas  argumentativas  que  pueden encontrarse en diversos ámbitos de la deliberación política y pública en general. El libro está concebido en dos partes, no diferenciadas en el índice pero sí en la intención de los editores y en la articulación de los contenidos. Las dos se abren con un artículo de visión ampliamente teórica que permite contextualizar el estudio, análisis y evaluación de la deliberación pública, tanto en contextos formales (van Eemeren) como informales y, muy en particular, en la esfera pública virtual (Aakhus). La primera parte incluye contribuciones que estudian, fundamentalmente, la deliberación política en contextos formales e institucionales o socialmente institucionalizados,  ya sea en debates  parlamentarios  (van  Eemeren,  Garssen,  Mohammed)  o  en  otros  nuevos ámbitos  de  la  deliberación  pública  (Doury  y  Tseronis).  La  segunda  parte  incluye investigaciones  que  centran  su  atención,  de  manera  novedosa,  en  intercambios argumentativos  en  grupos  de  Internet  (Edwards)  o  en  publicaciones  en  línea (Lewiński).El conjunto de las contribuciones está precedido por una muy útil introducción de los editores, donde Lewiński y Mohammed sitúan el estudio de la deliberación en el ámbito  público  en  su  contexto  histórico  (con  una  breve  y  precisa  referencia  a Aristóteles) y contemporáneo, situándolo en el marco de la más reciente teoría de la argumentación. Aproximan además el propio concepto de deliberación, entendida en Revista Iberoamericana de Argumentación  11 (2015): 1-73. Res.: M. Lewiński & D. Mohammed, Arg. in Political Deliberation          Por: C. CORREDORgeneral como una discusión argumentativa en el  ámbito público,  que se desarrolla habitualmente en contextos formales como los parlamentos o los consejos, y que trata de dirimir cuál es el curso de acción más prudente o conveniente a adoptar por parte de  un  grupo  dado.  Los  editores  esbozan  además  de  forma  concisa  las  dos concepciones  que  cabe  encontrar  en  el  debate  especializado  contemporáneo.  La primera,  defendida  por  la  investigación  más reciente,  es  una noción  abarcadora y menos estricta, que considera que puede hablarse de deliberación siempre que grupos de ciudadanos discuten sobre temas relevantes para el ámbito público, intercambiando argumentos que se orientan a la formación y la evaluación crítica de la opinión política, más que a la toma de decisiones directa sobre un curso de acción. En contraste con esta concepción, la segunda es más estricta y añade una dimensión normativa a la deliberación, requiriendo de esta que se apoye en formas de argumentación razonable bajo  condiciones de igualdad e inclusividad,  y  que esté sujeta a una rendición  de cuentas pública. Ambas comprensiones tienen una relevancia evidente para la teoría política en general y, muy en particular, para las modernas teorías de la democracia.En este marco, quizá la aportación más destacada de esta introducción sea el esfuerzo de los editores por precisar los modos en que la teoría de la argumentación puede  estudiar  y  estudia  la  deliberación  política,  identificando  tres  niveles.  En  el primero se sitúan  algunas  propuestas  ampliamente  teóricas  que  encuentran  en  el discurso político ejemplos relevantes o representativos para su objeto de estudio. En el segundo  nivel,  en  el  que  Lewiński  y  Mohammed  sitúan  el  conjunto  de  las contribuciones  comprendidas  en  el  volumen,  se  incluyen  propuestas  teóricas sistemáticas  que  se  esfuerzan  por  desarrollar  una  investigación  coherente  y comprehensiva sobre el discurso deliberativo. También en este segundo nivel hay que incluir  otras propuestas  de orientación  más empírica  (en el  marco del  análisis  del discurso o los estudios de retórica), que pretenden ofrecer un estudio sistemático de las  deliberaciones  reales  en  su  complejidad.  Un  tercer  nivel,  que  los  editores preconizan como deseable si bien pendiente de desarrollo, es el que llevaría a una integración de las investigaciones en teoría de la argumentación y en teoría política, del tipo de la que ya aparece iniciada en la teoría de la democracia deliberativa.Atendiendo ya al  conjunto de las contribuciones,  merece la pena destacar la aportación  teórica  de  Frans  van  Eemeren.  Es  difícil  exagerar  la  importancia  del programa  de  investigación  conocido  como  la  teoría  pragma-dialéctica,  que  se  ha desarrollado en la Universidad de Ámsterdam en los últimos treinta años y del que van Eemeren  ha  sido  líder  intelectual  y  principal  proponente  junto  con  otros  de  sus colaboradores. En “Strategic maneuvering in argumentative discourse”, presenta las Revista Iberoamericana de Argumentación  11 (2015): 1-74. Res.: M. Lewiński & D. Mohammed, Arg. in Political Deliberation          Por: C. CORREDORtesis fundamentales de la versión revisada y más reciente de la teoría, donde la noción de  strategic  maneuvering (maniobrabilidad  estratégica)  pretende  integrar  las dimensiones dialéctica y retórica de la argumentación, en una búsqueda de equilibrio entre su razonabilidad y su efectividad.  El  ensayo se centra a continuación en las prácticas  de  comunicación  convencionalizadas,  identificando  y  analizando  las constricciones  que  se  establecen  institucionalmente  sobre  la  maniobrabilidad estratégica.Dentro de este mismo marco teórico y con una aproximación pragma-dialéctica, el artículo de Bart Garssen centra su análisis en el debate parlamentario europeo, en tanto que un tipo de práctica argumentativa convencionalizada donde las posibilidades de maniobrabilidad estratégica están predeterminadas. Además de las precondiciones introducidas por la situación inicial particular, el procedimiento particular y los puntos de partida temáticos, Garssen concluye que hay otras dos precondiciones especiales que han de tenerse en cuenta. La primera es consecuencia del hecho de que los miembros  del  parlamento  europeo  son  representantes  oficiales  de  la  ciudadanía europea en su conjunto, pero al mismo tiempo tienden a argumentar en contra de una propuesta legislativa determinada cuando pone en riesgo los intereses nacionales de su  propio  país.  La  segunda  precondición  tiene  que  ver  con  la  complejidad  de  la implementación legislativa en el conjunto de los estados miembros y con la tendencia subsiguiente a recurrir a una argumentación pragmática a partir de las consecuencias de  hacer  excepciones  y  a  una  argumentación  sintomática  basada  en  reglas  de conducta.En  esta  primera  parte  también,  el  artículo  de  Dima  Mohammed,  “Pursuing multiple goals in European parliamentary debates: EU immigration policies as a case in point”, presenta un análisis y evaluación muy detallados e iluminadores de un debate sobre  inmigración  en  el  parlamento  europeo,  subsiguiente  a  una  de  las  crisis migratorias  en  la  isla  de  Lampedusa  en  2011.  Tomando  también  como  punto  de partida el  marco teórico de la pragma-dialéctica,  Mohammed amplía este marco al introducir una distinción entre tres tipos de fines institucionales que los participantes pueden perseguir:  los asignados por la ocasión particular  del debate en el  que se hallan  inmersos,  los  que  están  vinculados  a  las  competencias  del  parlamento  y, finalmente  y  en  tercer  lugar,  los  asociados  a  las  diferentes  identidades  que  esos mismos participantes asumen en el parlamento, en tanto que miembros de un grupo político o en tanto que nacionales de un país. Mohammed muestra de qué manera este último fin guía las elecciones y formulaciones de los participantes en el transcurso de la discusión.Revista Iberoamericana de Argumentación  11 (2015): 1-75. Res.: M. Lewiński & D. Mohammed, Arg. in Political Deliberation          Por: C. CORREDORPara cerrar esta primera parte enfocada a la deliberación política en contextos formales o institucionales, el trabajo conjunto de Marianne Doury y Assimakis Tseronis estudia dos formas de participación en el ámbito público: la conferencia de consenso (conférence  de  citoyens,  consensus  conference),  que  se  orienta  a  lograr  una propuesta  común  consensuada  de  recomendaciones,  y  el  debate  público  (débat public,  public  hearing),  enfocado  a  recibir  tantas  posiciones  y  reacciones  distintas como sea posible. Tras analizar dos casos concretos, ambos con el tema común del desarrollo  de las nanotecnologías  en Francia,  los autores observan que en ambos tipos de discurso los participantes encontraron la manera de expresar sus puntos de vista críticos y discrepantes. En consonancia con ello, defienden que un criterio para evaluar la calidad y efectividad de un determinado método de deliberación, donde se busca la participación pública en procesos de toma de decisiones, está conectado con las  mejores  y  mayores  oportunidades  concedidas  a  los  participantes  para  que expresen un discurso discrepante. Finalmente, proponen un enfoque teórico de abajo arriba  que  permita  contrastar  la  validez  de  algunas  definiciones  y  clasificaciones teóricas con las observaciones empíricas.Abriendo la segunda parte del volumen, enfocada al estudio de la deliberación pública  en contextos  informales,  el  artículo  de Mark  Aakus,  “Deliberation  digitized: designing disagreement space through communication-information services”, plantea una pregunta de importancia capital  en el  ámbito de la  participación pública  en el espacio virtual: se trata de saber si las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tienen, en tanto que medio tecnológico, alguna incidencia en la interrelación que se genera entre los procesos argumentativos y sus contenidos, en particular cuando se  trata  de  la  expresión  del  desacuerdo.  Tomando  como  punto  de  partida  el tratamiento  teórico  de  la  gestión  del  desacuerdo  (disagreement  management) originalmente propuesto por Jackson y Jacobs, Aakhus sostiene que las tecnologías desempeñan una función pragmática al ser responsables de aspectos de la interacción que proporcionan posibilidades comunicativas y diseñan el espacio de expresión del desacuerdo.  Concluye,  finalmente,  que  las  tecnologías  ponen  de  manifiesto  la necesidad de tener en cuenta algo más que los actos de habla argumentativos para entender  la  argumentación  en  contexto,  siendo  preciso  atender  a  procedimientos, técnicas y reglas no estrictamente proposicionales, como los que se dan en el ámbito estudiado.Un segundo trabajo que atiende a la participación en el espacio público virtual es el de Arthur Edwards, “(How) do participants in online discussion fórums create ‘echo chambers’?: the inclusion and exclusion of dissenting voices in an online forum about Revista Iberoamericana de Argumentación  11 (2015): 1-76. Res.: M. Lewiński & D. Mohammed, Arg. in Political Deliberation          Por: C. CORREDORclimate change”. Edwards lleva a cabo un análisis de cinco de las líneas de discusión desarrolladas en el marco del portal Climategate.nl (un foro online holandés escéptico con el cambio climático),  para someter a contrastación la tesis defendida por otros autores y ampliamente aceptada,  de acuerdo con la  cual  los foros políticos online tienden a caracterizarse por la  homogeneidad en la  participación de los miembros internos a un grupo y por la polarización hacia el grupo. Adoptando una aproximación procesual  al  estudio  de  este  tipo  de  foros,  Edwards  puede  concluir  que  los intercambios estudiados no llegaron a ser nunca realmente homogéneos y que los editores desempeñaron un rol activo en la inclusión o exclusión de disidentes. En su reflexión  final,  el  autor  señala  la  necesidad  de  una  política  de  moderación ‘contra-dirigida’  (counter-steering)  que  permita  poner  algunos  límites  a  la homoneneidad interna al grupo y la polarización grupal.El  estudio  del  espacio  público  virtual,  como  ejemplo  paradigmático  de deliberación política en un contexto informal, se cierra con la contribución de Marcin Lewiński,  “Debating  multiple  positions  in  multi-party  online  deliberation:  sides, positions,  and  cases”.  La  principal  preocupación  de  Lewiński  es  su  consideración crítica  de  que  el  modelo  más  simple  y  más  ampliamente  adoptado  de  discusión argumentativa, y que hace entrar en juego a dos participantes con posiciones a favor y en contra de una misma tesis, es inadecuado para el estudio de la participación en el espacio virtual. Frente a este modelo tradicional, defiende el carácter ‘polilógico’ de la deliberación online. Para ello, examina el modo en que la participación tiene lugar en múltiples niveles en dos casos concretos de debate sobre la muerte de Osama Bin Laden entre los lectores de las ediciones digitales de dos diarios británicos. En ambos casos, la posibilidad de que un proponente tenga que confrontar a varios antagonistas permite a Lewiński obtener una conclusión de mayor alcance teórico, al defender que un análisis  apropiado de estos debates requiere tomar en consideración las varias posiciones (sides) que entran en juego, así como otros posibles casos sobre los que se discute críticamente.Uno de los méritos de este volumen es que ofrece resultados de investigación originales y muestra cuáles son los problemas relevantes y las líneas de investigación abiertas. Sugiere así la necesidad no solo de avanzar en la investigación empírica, sino  de  disponer  de  un  marco  teórico  coherente  y  comprehensivo  que  permita orientarla e interpretar los resultados, lo que hace imprescindible un trabajo previo de carácter  conceptual  y  teórico.  En  esta  línea,  y  antes  de  finalizar  esta  reseña,  no querría dejar de comentar un punto en particular que merece atención. Se trata de la noción misma de deliberación,  tal  y  como puede encontrarse y es aplicable  en el Revista Iberoamericana de Argumentación  11 (2015): 1-77. Res.: M. Lewiński & D. Mohammed, Arg. in Political Deliberation          Por: C. CORREDORámbito público. Ya se han reflejado antes las dos concepciones que, de acuerdo con la valoración  experta  de  los  editores  del  volumen,  pueden  encontrarse en  el  debate contemporáneo  especializado:  una  más  descriptiva  y  abarcadora,  y  otra  más rigurosamente  exigente  y  normativa.  En  la  contribución  de  van  Eemeren  a  este volumen,  se  asume  que  el  término  refiere  a  “the  communicative  activity  of  a multi-varied cluster of emphatically argumentative communicative activity types dealing with policy issues on which the views of the participants and those of the members of a real or projected audience diverge” (ibid., p. 18.) En consonancia con ello, el debate presidencial americano sería un ejemplo prototípico de deliberación política.A favor de este acercamiento teórico hay que señalar su amplia aplicabilidad en la práctica. Sin embargo, la objeción que cabe formular a esta conceptualización es la de que podría resultar demasiado laxa y abarcadora. Pues bajo el mismo concepto podrían caer casos en los que un intercambio comunicativo sólo consiste en una mera sucesión de declaraciones previamente preparadas, sin que haya una verdadera toma en consideración de los argumentos contrarios (algo de lo que quizá muchos debates electorales  podrían  representar  claros  ejemplos.)  De  este  modo,  el  concepto  de deliberación parece confundirse con el de cualquier discusión en el ámbito público que haga  uso  de  argumentos.  Una  concepción  normativa,  contrapuestamente,  podría ofrecer  una  mejor  respuesta  al  tipo  de  expectativas  y  exigencias  que  en  general parecen vincularse con una deliberación pública orientada al interés general, basada en la igualdad y la inclusión, y donde la toma de decisiones se decida por la fuerza del mejor argumento. Una concepción normativa de este tipo, sin embargo, está sujeta no sólo a importantes objeciones teóricas, sino también a dificultades de implementación práctica.  Pero  es  en  esta  tensión  entre  lo  descriptivo  y  lo  normativo  donde  la deliberación política parece tener que dirimirse.En conjunto, este volumen representa una importante aportación al estudio de la deliberación en el espacio público, tanto en contextos formales como informales, en especial en el espacio público virtual. Interesará no solo a especialistas en teoría de la argumentación,  sino también a los procedentes de la  teoría política.  Y señala con acierto hacia la necesidad de avanzar integrando ambas perspectivas teóricas.Revista Iberoamericana de Argumentación  11 (2015): 1-7

Reseña: M. Lewinski y D. Mohammed, eds., Argumentation in political deliberation

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