Para los amantes de la literatura universal, 2009 no fue un año cualquiera.
Durante el mismo se celebró el bicentenario de los nacimientos de dos de los
mayores genios del relato corto moderno: Edgar Allan Poe y Nikolai Gógol. Sus
vidas, breves pero intensas, acabaron en trágicas circunstancias: en el caso del
escritor americano, en 1849, en el más absoluto anonimato y quizás víctima de
una intoxicación etílica. Gógol, que sobrevivió tres años a Poe, consumió sus
días al borde de la locura y aquejado de un deterioro físico similar