El Acuerdo de Maastricht sobre Política Social promovió la negociación colectiva a nivel comunitario, aunque sin definir el estatuto legal del convenio colectivo europeo, en contraste con la mayoría de los sistemas nacionales donde sí existe una regulación. De esta manera, el convenio colectivo europeo será una variable dependiente de la capacidad y poderes de los agentes sociales representativos a nivel europeo. El Tratado de Ámsterdam, por la integración del Acuerdo Social y por el derecho de co-decisión del Parlamento Europeo en ámbitos importantes de la política social, ofreció unos mejores fundamentos de acción, por lo que es conveniente aprovecharlo con el fin de ampliar la dimensión social europea. Por otra parte, la participación activa de los agentes sociales europeos en la creación y aplicación del Derecho social comunitario ha abierto muchas posibilidades para la negociación colectiva europea. El resultado de este proceso ha sido la creación de una nueva distribución de poder normativo entre los interlocutores sociales, los Estados miembros y la Comisión. El camino para la inserción del convenio colectivo como fuente de «la legislación laboral de la Unión Europea» se ha iniciado con el reconocimiento del importante papel que los interlocutores sociales europeos y nacionales desempeñan en el ámbito interprofesional y sectorial.The Maastricht Agreement on Social Policy has promoted collective bargaining at the community level, although without defining the legal statute of the European Collective Agreement, in contrast to the majority of the national systems where there exists a legal statute for the collective agreement. In this way, the European collective agreement will be a variable dependent upon the capacity and powers of the representative social partners at the European level. From the point of view of labour, it can be said that the Treaty of Amsterdam, by the integration of Social Agreement and the right of co-decision with the European Parliament in the important fields of social policy, offers a better basics of action, which suggests that it is convenient to take advantage of in order to expand the European social dimension. Moreover, the active involvement of the European social partners in the creation and application of Community Social Law has opened up many possibilities for European collective bargaining. The result has been the establishment of a new normative power shared between the social partners, the Member States and the Commission. In Europe the path for inserting the collective agreement as a source of «labour law of the European Union» has been initiated with the recognition of the important role which European and national social partners play in the cross-industry and sectoral level