La intensificación de la agricultura requiere altas dosis de fertilizantes nitrogenados, los cuales son transformados en el suelo mediante procesos biológicos (nitrificación–denitrificación), donde se ocasionan pérdidas de nitrógeno en lixiviados de nitratos (NO3 -) y emisiones hacia la atmósfera en forma de óxido nitroso (N2O), gas con alto potencial de calentamiento global (298 veces más que el CO2). Con el fin de establecer estrategias productivas sostenibles, se estudiaron tres sistemas de manejo de praderas (Naturalizado, Mejorado y Silvopastoril) en una región afectada por periodos secos prolongados, en el suroccidente de Colombia, en donde se evaluó la capacidad para la inhibición biológica