During the last decade, indigenous movements in the Andean region have made impressive gains in political representation, notwithstanding the unfavorable context in which they operate. They did so by taking advantage of the conjuncture of institutional crisis and constitutional reform to link their demands to those of the political elite, which sought to strengthen the legitimacy of democratic institutions. As a result, the institutional context today is more favorable for new political movements wishing to participate in formal politics –particularly for indigenous movements–. Moreover, indigenous movements have taken advantage of the weakness of traditional parties and party systems to carve out a space for themselves as leaders of or partners in coalitions against neoliberal reform and corruption.Durante la última década el movimiento indígena en los países andinos ha obtenido importantes avances en cuanto a su representación a pesar del contexto poco favorable en que operaba. El movimiento avanzó creciendo gracias a la capacidad de hacer valer sus demandas en una coyuntura marcada por una notable crisis institucional y el consiguiente proceso de reformas constitucionales que tenían como fin legitimar los regímenes. El resultado de esta dinámica supuso un contexto institucional favorable para los movimientos políticos que pretendían participar en la política convencional –y particularmente a los movimientos indígenas–. A la vez, dichos movimientos aprovecharon también la debilidad de las tradicionales formaciones partidarias y los consiguientes sistemas de partidos con el fin de liderar el descontento contra las reformas neoliberales y la corrupción