Genocide is codified by the notion of historical debt and thus becomes cultural heritage, and more precisely the moral heritage of a creditor of debt. The ideological, eminently colonial position, of transforming all extermination into an epiphenomenon of inexorable extinction implies depoliticizing historical violence. In this way, the -always- singular fact of a violence is translated into the plane of a universal equivalence (the plane of the Reason with capital letter) by which Humanity (also with capital letter), like a storekeeper of History, can realize the balance of costs and benefits at the end of the day.El genocidio es codificado por la noción de deuda histórica y deviene así patrimonio, y más precisamente patrimonio moral de un sujeto acreedor de la deuda. La postura ideológica, eminentemente colonial, de transformar todo exterminio en epifenómeno de una extinción inexorable, implica despolitizar la violencia histórica. De esta forma el dato siempre singular de una violencia es traducido sobre el plano de una equivalencia universal (el plano de la Razón con mayúscula) por el cual la Humanidad (también con mayúscula), cual tendero de la Historia, puede realizar el balance de sus costos y beneficios al final del día