Este artículo explora las connotaciones epistémicas del Buen Vivir, una de cuyas principales características es la relacionalidad, y profundiza el principal rasgo que la niega: la disciplinariedad. Desde la perspectiva de los estudios (inter)culturales, afronta los aportes de Lewis R. Gordon y Martin Nakata para indagar en ellos las consecuencias de la disciplinariedad en la existencia de los pueblos indígenas y de la diáspora africana, y sus posibles implicaciones para la educación superior. Gordon muestra cómo la relacionalidad del pensamiento vivo vincula los aspectos ontológicos, epistemológicos, teleológicos y accionales, que hacen posible la existencia y resurgimiento de los pueblos negros, vinculación que la decadencia disciplinaria oculta. Nakata, en cambio, a partir del concepto de interfaz cultural, visibiliza las consecuencias de las inscripciones del conocimiento disciplinar sobre los pueblos indígenas melanesios para negar su carácter de sujetos activos, en constante transformación y toma de posición frente a la colonialidad. El artículo culmina con la discusión en torno a dos propuestas que buscan superar la disciplina en el ámbito académico: la inter y transdisciplinariedad (Edgar Morin), y la epistética (Román De la Campa). Finalmente, retoma algunas características de la universidad del Buen Vivir, no disciplinar y necesariamente intercultural e interepistémica.This article explores the epistemic connotations of “Buen Vivir”; for which one of its main characteristics is relationality, contributes to show the main feature that denies it: disciplinarity. From the perspective of (inter)cultural studies, we look at Lewis R. Gordon’s and Martin Nakata’s inputs to explore the roots and consequences of disciplinarity—in the existence of indigenous groups and African diaspora, and its possible implications for higher education. For Gordon, the relationality of alive thought favors the linkage of
ontological, epistemological, teleological and actional
aspects that enable the existence and emergence of
black people’s groups, which the disciplinal decadence
overshadows. Nakata, in turn, from a cultural interface
concept point of view, sheds light on the consequences
of disciplinary knowledge’s inscriptions on Melanesian
indigenous groups to deny their characteristic of active
subjects in constant transformation and decisionmakers
around coloniality. The article concludes with
a conceptual discussion on two proposals that seek to
overcome disciplinarity: the inter and transdisciplinarity
(Edgar Morin), and the epistetic (Roman De La
Campa) and takes on some characteristics from the
university of “Buen Vivir”, intercultural and interepistemic
by definition