Este artículo analiza la política\ua0de desaparición de personas en Argentina en la década de los sesenta, como parte de un "poder desaparecedor" que se gesta históricamente y que se sustenta en una sociedad fuertemente autoritaria. Se relatan las prácticas internas en los campos de concentración creados por el terrorismo de Estado utilizando material testimonial de los sobrevivientes. Se considera este proceso como una herida que "marca" el cuerpo social. La "marca" de los muertos se muestra como depósito de una memoria potencial que puede "llamar" tanto a la sumisión como a la resistencia