El GIEZCA (un grupo de personas que realizan investigación, transferencia de tecnología y capacitación en diversos aspectos socioeconómicos y agroecológicos del café para mejorar el bienestar de los productores) cumple 15 años este 2016.El contexto: de crisis en crisis La impredecible fluctuación del precio internacional del café, cuyas causas suelen ir más allá de la oferta y la demanda, ha gobernado los pequeños y grandes detalles de la actividad cafetalera. Así, mientras que los precios altos del grano se presentan como agüita de marzo –poquita pero sustanciosa para que apenas amarre la floración del café–, los precios bajos son una calamidad cuando se “encadenan” en años sucesivos. En los últimos 30 años han ocurrido dos encadenamientos de precios bajos de cinco años cada uno, que han desembocado en las llamadas “crisis del precio” o “crisis globales del café”. La primera crisis se presentó entre 1989 y 1994; derivó del desplome del Acuerdo Internacional del Café establecido en 1962 entre países importadores y exportadores para regular la oferta y la demanda. La otra crisis –aún más grave pues nada parecido se había visto en 100 años– ocurrió entre 1999 y 2004 como consecuencia de altos volúmenes de café en los almacenes de países importadores (existencias), la entrada al mercado internacional de grandes cantidades de café procedentes de Vietnam y ciertas innovaciones tecnológicas que permitieron a los grandes tostadores usar granos de diferentes calidades en el proceso de producción, entre otros factores. Ambas crisis del precio tuvieron impactos profundos para los productores de café y sus familias a nivel mundial, como endeudamiento y pérdida de fincas, cambio de cultivo y emigración entre los más desamparados; por otro lado, las crisis empujaron a los productores de mayor capacidad de respuesta a organizarse para diversificar plantaciones y actividades (como agroforestería, floricultura y ecoturismo) y mercados (café orgánico, “comercio justo” y otras opciones alternativas), con el fin de poder sobrevivir. Estos eventos pegaron fuerte en Chiapas, la principal entidad federativa productora de café en México, con un estimado de 180 mil productores y 253 mil hectáreas cultivadas que inciden en la economía de 88 municipios y en más de un millón de ciudadanos. La última crisis propició el acercamiento entre productores y académicos de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) para buscar soluciones, y fue el caldo de cultivo para crear el Grupo de Investigación de ECOSUR en Zonas Cafetaleras (GIEZCA). Así, el GIEZCA (un grupo de personas que realizan investigación, transferencia de tecnología y capacitación en diversos aspectos socioeconómicos y agroecológicos del café para mejorar el bienestar de los productores) cumple 15 años este 2016. Como cualquier familia, ha tenido sus buenos y no tan buenos momentos; sin embargo, y a pesar de los vaivenes del dinámico mundo del café, su “grupo núcleo” ha sabido mantener la unión de sus miembros a lo largo de los primeros tres lustros de arranque del siglo XXI. Quince años de actividades continuas obligan a hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo hecho (y lo no hecho) y por dónde habrá que caminar (o tal vez no) en los años venideros. A continuación haremos un breve recuento de logros, de la situación actual y lo que podría esperar al GIEZCA en los próximos años. El pasado: de la idea a los hechos Aunque en el Centro de Investigaciones Ecológicas del Sureste (CIES), antecesor de ECOSUR, se realizaban estudios en zonas cafetaleras, no fue hasta 2001 –con el CIES ya transformado en ECOSUR– que un grupo multidisciplinario de académicos decidieron organizarse en una red de colaboración para hacer frente, de manera coordinada, a la creciente demanda del sector cafetalero por alternativas que paliaran los impactos negativos de la crisis de 1999-2004. En una reunión hoy histórica efectuada en 2001 en Tapachula, en la Finca Irlanda –primera plantación de café orgánico en el mundo–, a la cual asistieron una veintena de académicos de ECOSUR, se establecieron bases y compromisos que a la postre definirían la agenda del colectivo, cuyo propósito fue desarrollar actividades científicas, educativas y de divulgación para satisfacer las necesidades de capacitación, de impulso a nuevas estrategias y de resultados científicos para las zonas cafetaleras. Otro objetivo era coadyuvar en la búsqueda de alternativas para responder a las necesidades locales, tanto en las comunidades como en las organizaciones. El GIEZCA arrancó actividades conformando redes regionales en colaboración con diversas instituciones gubernamentales y no gubernamentales en Chiapas, pero también en el ámbito nacional e internacional. En estos 15 años de trabajo se han organizado reuniones científicas, talleres, cursos y diplomados; se han ejecutado proyectos apoyados por diversas fuentes de financiamiento; se han formado estudiantes y se ha brindado capacitación para cafeticultores. Además, se contribuyó al desarrollo de buenas prácticas para el cultivo del café bajo sombra; se desarrolló la tecnología del manejo integrado de la broca con control manual, biológico y etológico (comportamiento del organismo); se propusieron las Escuelas de Campo y Experimentación Agrícola como modelo de capacitación con campesinos, con el enfoque de “aprender haciendo”. Por otra parte, se elaboró el “Plan Estatal de Manejo Agroecológico del Café en Chiapas” (2004); se publicaron libros como El Cafetal del futuro (2006); se consolidó el Tianguis de Productos Orgánicos y Naturales “El Huacalero” (2012), y se formuló el modelo de desarrollo endógeno “Integración Regional de Fincas Agroecoturísticas” (2012). Cabe mencionar un reconocimiento destacado: por sus contribuciones al desarrollo de la cafeticultura, el gobierno a través del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Chiapas (COCYTECH) otorgó al GIEZCA el Reconocimiento al Mérito Estatal de Investigación 2005. El presente: alianzas estratégicas en un mar de oportunidades Actualmente, el GIEZCA está presente en San Cristóbal y Tapachula. Participan más de 20 académicos de manera permanente y se suma la energía de estudiantes en número similar. Todos forman una masa crítica importante involucrada en la investigación, desarrollo e innovación en cafeticultura. Se cuenta con el soporte de ECOSUR a través de un proyecto multidisciplinario y transversal, así como de un fondo mixto gestionado en conjunto con el Instituto del Café de Chiapas (INCAFECH), con recursos del COCYTECH y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Desde su fundación, el grupo ha cultivado alianzas estratégicas con actores sociales, y en ese sentido lleva muchos años participando en el Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura (PROMECAFE), en Centroamérica. También colabora con “Café In Red” que coordina el Instituto de Ecología (INECOL), con el Centro Regional Universitario de Oriente (CRUO) de la Universidad Autónoma de Chapingo y otras instituciones, en la promoción de lo que hoy es el Centro Nacional del Café (CENACAFE). En lo local, desde hace más de dos años estableció relaciones con la Federación Indígena Ecológica de Chiapas (FIECH), organización de referencia nacional por su nivel de consolidación. Además, el GIEZCA ha protocolizado un amplio convenio de colaboración con INCAFECH, organismo rector de las políticas gubernamentales para el sector en la entidad. De esta manera se ha tejido la triple hélice: academia-empresa social-gobierno para una mejor gestión de los problemas y oportunidades de la cafeticultura. En colaboración con nuestras alianzas, el GIEZCA desarrolla acciones de capacitación a través de eventos que responden tanto a demandas específicas como a programas de más largo aliento, tal como un diplomado que se impartirá con la FIECH e INCAFECH. Es importante la investigación que se realiza respecto a temas/problemáticas prioritarios, combinando el desarrollo de nuevos enfoques y atención a la roya –el problema más álgido del momento– mediante el manejo agroecológico del cafetal, soberanía alimentaria, diversificación productiva, organización social, sistemas de información geográfica, desarrollo de herramientas informáticas para la gestión de la información y la toma de decisiones con enfoque holístico. El futuro: personas capacitadas para la sostenibilidad cafetalera Quince años de actividades creativas y exitosas –también aprendiendo de los malos intentos y entendimientos– han sido una base sólida y una levadura social e intelectual para continuar en la idea del GIEZCA. Naturalmente, este camino debe adaptarse a las obligaciones y oportunidades para los años venideros, y no solo para Chiapas y la cafeticultura mexicana, sino para Latinoamérica. La perspectiva académica jamás deberá dominar al sector productivo. Más bien, el objetivo debe dirigirse a entender y reaccionar a la dinámica regional, nacional e internacional de desarrollo económico, sociocultural y ecológico, así como a la demanda creciente de profesionales suficientemente capacitados para afrontar los nuevos retos, en especial en los sectores agroecológicos de la cafeticultura con las especies arábica y robusta, y en la diversificación productiva de zonas cafetaleras a largo plazo. La estrategia para un futuro exitoso del GIEZCA consistirá en fomentar y fortalecer las masas críticas de la investigación y del sector productivo, sobre todo procesos nuevos de formación continua, cuyos fundamentos deben involucrar acciones sin interés jerárquico y contactos permanentes entre los actores de las cadenas productivas, los consumidores y las redes socioeconómicas. Deberá emprender procesos formativos para que los profesionistas o trabajadores mejoren su competitividad adquiriendo cualificaciones profesionales, además de que desarrollen valor agregado en su formación y puedan innovar y generar cambios. En este contexto, la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (prácticas reconocidas entre cafeticultores, comercializadores y expendedores que aseguran una producción sostenida y sana de café) y las Buenas Prácticas de Manufactura (prácticas estándar que permiten mantener la calidad del grano de café en poscosecha), implicará nuevas metodologías y responsabilidades. Dichas prácticas incidirán igualmente en una evolución del estado del arte de la cafeticultura, el análisis de las necesidades y el planteamiento de soluciones formativas y elementos clave para la sostenibilidad cafetalera. A manera de balance En el GIEZCA hemos sabido aprovechar las oportunidades que han abierto las crisis –antes los precios bajos, ahora la enfermedad de la roya–, pero este comportamiento reactivo deberá ser reemplazado por uno más preventivo con la capacidad de adelantarse a los problemas emergentes, como el cambio climático, el relevo generacional o las plagas y enfermedades. Quince años de labores ininterrumpidas del GIEZCA, con sus altibajos y todo lo que se pueda opinar, son prueba irrefutable de un trabajo multidisciplinario y colaborativo. Pero que no quepa duda, el del GIEZCA ha sido un esfuerzo de hormiga: imperceptible en apariencia pero después de tres lustros, la acumulación de granitos acarreados por sus integrantes ha formado un conglomerado de conocimientos, tecnologías e innovaciones disponibles para el cafeticultor del futuro, aquel que con buenas prácticas diseñe y produzca de manera competitiva y sostenible. Juan F. Barrera es investigador del Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente, ECOSUR Tapachula, y fue coordinador del GIEZCA de 2007 a 2012 ([email protected]). Obeimar Balente Herrera Hernández es técnico académico del mismo departamento en ECOSUR San Cristóbal y actual coordinador del GIEZCA ([email protected]). Jürgen Pohlan es consultor internacional y coordinador de Formación Continua del proyecto GIZ-PROAGRO (Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit GmbH y Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable) en Bolivia; coordinó el GIEZCA de 2002 a 2006 ([email protected]). Ecofronteras, 2016, vol.20, núm. 57, pp. , ISSN 2007-4549. Licencia CC (no comercial, no obras derivadas); notificar reproducciones a [email protected]