Escribir sobre el tema de la democracia (y la democratización) de la sociedad cubana, es siempre andar a tientas sobre un campo minado. Y ello, por dos razones principales: primero, porque la democracia ha devenido un tema tan devaluado teóricamente como saturado en el terreno ideológico, cargado de respuestas totalizadoras de tan pobre valor deductivo que obliga a permananentes conceptualizaciones de términos que práclicamente ya forman parte del hablar cotidian