International audiencePara empezar esta reflexión sobre la intermedialidad en la literatura española actual, quisiera remontar el tiempo un instante para recordar unas palabras escritas en el siglo v por San Agustín: Cuando leía, sus ojos recorrían la página y su corazón examinaba el significado, pero su voz se quedaba muda y su lengua inmóvil. Cual-quiera podía acercarse libremente y no solían anunciar a los visitantes, de modo que a menudo, cuando lo visitábamos, lo encontrábamos leyendo así, en silencio, pues nunca leía en voz alta (Saint Augustin, 1982: VI, 3) 1. Al describir al obispo Ambrosio de Milán leyendo, San Agustín se extraña, por ser prácticas de lecturas nuevas, de la soledad y el silencio que necesita este lector mudo. Efectivamente, desde aquellos tiempos remotos y hasta nuestros ruidosos días, la lectura, esta "palabra muda"-para retomar un título del filósofo francés Jacques Rancière-parece ser uno de los únicos recovecos de aislamiento que se mantiene a salvo del asalto de la imagen o de la música. Sin embargo, desde mediados del siglo xx, la hibridación progresiva de las artes tradicio-nales así como también el nacimiento de nuevas disciplinas artísticas, hacen tambalear el edificio literario