El mundo globalizado se enfrenta nuevamente a desafíos de envergadura. El Covid ha sacudido al conjunto de países y a los más diversos sectores sociales y económicos. El campo de las finanzas no ha estado exceptuado de las repercusiones de la pandemia.Los especialistas vaticinan una fuerte contracción global, quiebras masivas e incumplimientos de obligaciones generalizados por parte de Estados, empresas e individuos que impactarán sobre el valor de los activos financieros y pondrán a prueba la arquitectura de las finanzas internacionales. Sin embargo, este panorama general se reflejará con mayor o menor profundidad en cada país en función del lugar ocupado en la economía mundial y de ninguna manera implica su automático reflujo. El relanzamiento vigoroso de las transacciones en un contexto de alta liquidez luego de la crisis de 2008 puso en evidencia la enorme plasticidad y poder del sector financiero para sostenerse como uno de los principales actores que dan forma e impulsan la economía mundial. Al igual que entonces, cuando la magnitud y profundidad del estallido de la burbuja de las subprime había generado vaticinios sobre un potencial ?fin de las finanzas?, la nueva crisis internacional, ahora resultante de la expansión entre las fronteras del virus, pone en cuestión las capacidades de esta mundialización hipertrofiada para adaptarse al nuevo contexto y de qué manera esto impactará diferencialmente sobre los Estados nacionales. En el caso de nuestro país, entendemos que su inserción periférica puede ser tanto una oportunidad para avanzar en una agenda de recuperación de las capacidades estatales sobre estos agentes económicos como un reforzamiento de su posición estructural.Fil: Val, María Emilia. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; Argentina. Universidad Nacional de San Martín. Instituto de Altos Estudios Sociales. Centro de Estudios Sociales de la Economía; ArgentinaFil: Navarro Rocha, Leandro Ezequiel. Universidad de Buenos Aires; Argentin