La sistematización de experiencias nace como una apuesta disruptiva con
las formas tradicionales de producir los saberes científicos en occidente. Exalta
las experiencias particulares y ve en la autenticidad de sus propuestas la posibilidad
de ser transferidas a otros escenarios, a través de los reconocimientos
mutuos, elaborados desde los sentidos de significancia dados en el proceso
vivido. Es una apuesta teórico-práctica que parte de la reflexividad sobre la
praxis, mediante los ejercicios de reconstrucción de la memoria, hace conciencia
sobre los retos pasados para enfrentar las nuevas relaciones que se gestan
en sus experiencias vitales