La identificación de similitudes genéticas entre las poblaciones indígenas del Japón y de los Andes hace necesario volver a examinar la evidencia cultural de contactos transpacíficos precolombinos. Este artículo describe cuatro casos bien documentados, dos en el Ecuador y dos en Mesoamérica, todos ellos desechados por la mayoría de los antropólogos por ser ejemplos de convergencia o invención independiente. El caso ecuatoriano más temprano, que apoya la introducción de la cerámica desde el Japón occidental en ca 6000 AP, es especialmente pertinente porque reune las dos regiones que tienen las frecuencias más elevadas del virus HTLV- 1. El segundo, fechado ca 2000 AP, introdujo varios rasgos culturales con antecedentes que estaban más difundidos en Asia. En Mesoamérica, nuevas investigaciones de la cultura Olmeca refuerzan la evidencia de antecedentes Shang, implicando un contacto ca 3200 AP. Elementos chinos adicionales se han documentado en la cultura Maya comenzando ca 2500 AP. Otros rasgos culturales con antecedentes asiáticos que incluyen cerbatanas, tela de corteza y balsas, y rasgos biológicos que incluyen parásitos intestinales y gallinas domesticadas, podrían haber sido introducidos durante uno de estos episodios o en otros todavía no documentados arqueológicamente