Ante la habitual tendencia que el sistema capitalista, en el que nuestra sociedad está inmersa, se apropie de las alternativas que surgen para hacerle frente, alterando la mayor parte de las veces su sentido original, hemos considerado adecuado poner a prueba el movimiento del Comercio Justo y además preguntarnos si puede, con sus imperfecciones, ser de utilidad en la construcción de Soberanía Alimentaria