La OMS reconoce que la epidemia de la obesidad se debe a una combinación de
factores prenatales, genéticos, medioambientales, socioeconómicos, de limitada
actividad física y una dieta inadecuada. Esta epidemia de la obesidad y sus
complicaciones podría iniciarse ya en el periodo prenatal. Nuestro estudio ha valorado
estos riesgos junto al efecto de los patrones del consumo alimentario sobre el riesgo
de la adiposidad y de sus alteraciones metabólicas. El 44,8% de los niños y
adolescentes son obesos. El riesgo de obesidad de niños y adolescentes aumentó
significativamente cuando sus padres presentaban obesidad. El estudio evidencia el
efecto protector de la lactancia materna en el desarrollo de la obesidad. Se demostró
la influencia del nivel educativo y socioeconómico de los padres y su relación inversa
con el grado de adiposidad de sus hijos y con los patrones de consumo de alimentos.
Hemos observado el efecto que tiene el tiempo dedicado a las TICs sobre los patrones
de consumo alimentario inadecuado en los niños y adolescentes. Establecimos la
relación entre conglomerados de consumo de alimentos según las recomendaciones
saludables para alimentos de consumo diario, semanal y esporádico y el riesgo de la
adiposidad y de sus alteraciones metabólicas