Nuestras sociedades están cambiando rápidamente hacia una nueva fase de desarrollo, una sociedad de la información
omnipresente, en la que las actividades cotidianas de los ciudadanos se basarán cada vez más en la utilización de las tecnologías de la información y de las comunicaciones
(TIC) y en redes de comunicaciones electrónicas; la seguridad
de las redes y de la información debe considerarse como un factor clave para que este desarrollo se lleve a cabo con éxito