La selección de un proveedor internacional es un proceso marcado por su complejidad,
no sólo por la presencia de factores adicionales, tan importantes como las diferencias culturales
o lingüísticas sino, también, por la necesidad de evaluar a los diferentes suministradores
en función de criterios tanto de carácter cuantitativo como cualitativo y que, a menudo,
pueden entrar en conflicto unos con otros.
Aunque, tradicionalmente, muchos gerentes y ejecutivos de empresas dedicadas al
comercio internacional piensen que estos problemas deben ser resueltos mediante la utilización
de técnicas sofisticadas, nosotros proponemos emplear un método, tan fácil de usar y de
tan reconocido éxito empírico como el AHP que, además de solventar los inconvenientes
anteriores, aporta numerosas ventajas tal y como tendremos ocasión de comprobar mediante
el desarrollo de una sencilla aplicación práctica