A partir del reconocimiento internacional del derecho a la autodeterminación de los pueblos y de la reactivación del movimiento indígena, el Estado mexicano ha recreado un discurso político e ideológico de lo indio; cuyo propósito es eliminar la pluralidad étnica y cultural existentes en el país, para construir un Estado uniétnico donde la diversidad sea tan sólo parte del folclore y de lo exótico de los indios. En esa perspectiva, el Congreso de la Unión aprobó una reforma sobre derechos y culturas indígenas diferente a la acordada entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, denotando una vez más el racismo en su esfera simbólica y ritualizada.A partir del reconocimiento internacional del derecho a la autodeterminación de los pueblos y de la reactivación del movimiento indígena, el Estado mexicano ha recreado un discurso político e ideológico de lo indio; cuyo propósito es eliminar la pluralidad étnica y cultural existentes en el país, para construir un Estado uniétnico donde la diversidad sea tan sólo parte del folclore y de lo exótico de los indios. En esa perspectiva, el Congreso de la Unión aprobó una reforma sobre derechos y culturas indígenas diferente a la acordada entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, denotando una vez más el racismo en su esfera simbólica y ritualizada