En la contribución de Bruner, (1990), el pensamiento narrativo es instrumento primario de conocimiento (Dunn, 1988; Sterne, 1998) y continua desarrollando este papel en la cotidianidad junto al pensamiento paradigmático. Las figuras de apego tienen el poder de ofrecer e imponer su narración de la realidad primero al niño y luego al adulto (Cyrulnik 2008). Se estratifican así, en el individuo, repertorios de historias familiares y culturales no siempre útiles en sentido evolutivo.
En el transcurso de la vida puede hacerse necesario desestructurar algunas de estas tramas narrativas, tejiendo nuevas: las crisis son narratogénicas y pueden activar reflexión y cambio (Bruner) 2002.
La investigación psicológica al interno de psicoterapias de distintas orientaciones se ha ocupado de estudiar las dinámicas que existen entre las historias familiares y las historias personales (Hillman, 1983; White, 1992; Byng-Hall, 1995; Hierro, 2005), pero también puede ocuparse con rigor teórico y metodológico de las "historias oficiales" de las instituciones y de las "historias dominantes" sobre las mismas, por ejemplo, instituciones educativas y sanitarias, que responden al objetivo de mantener un sistema de poder sobre los jóvenes y sobre los pacientes (Illich 1971; 1976). La implicación del investigador es inevitable pero preciosa, porque puede estimular pactos interesantes y compromisos narrativos.
Se presentarán cuatro investigaciones, llevadas a cabo en Nápoles con alumnos, docentes; pacientes, médicos y enfermeros. La metodología es narrativa (historias escritas y entrevistas audio grabadas analizadas con criterios semántico-estructurales y categoriales). Los resultados muestran referencias frecuentes a historias dominantes que relatan que tanto la Escuela como los Enseñantes no pueden promover el desarrollo social de los Alumnos; y los Hospitales y Operadores sanitarios no pueden hacerse cargo del cuidado de las personas, sino únicamente de su patología