La reflexión que aquí se reporta se propone develar una complejidad emergente en la construcción de saber del estudiantado, centrando la atención en la colaboración y convivencia de quienes aprenden. Un saber que va más allá de la comprensión puramente racional de la realidad, se enfrenta al desafío de abordar cada fenómeno como un todo integrado. En este caso las reducciones o constantificaciones de variables, quedan abiertas a permanente revisión y sujetas a mostrarse insuficientes, en tanto que conocemos cada vez más. Mirar desde la perspectiva de sistemas complejos propicia el estudio y descripción de propiedades emergentes que inician con interacciones entre componentes en donde la no-linealidad puede dar lugar a fenómenos en una escala de organización superior. Se constata la relevancia central de una configuración compleja en una propuesta formativo-evaluativa para los aprendizajes matemáticos