Universidad Nacional Autónoma de México y Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional A.C, Coeditores
Abstract
Hace 16 años Manuel Miño Grijalva hacía una dura crítica a la historia regional mexicana. En su artículo señalaba la falta de claridad sobre su metodología y de ahí la debilidad con que procedía el historiador para realizar un estudio de dicha índole. Algunas de sus propuestas se centraron en rescatar la categoría de territorio, como una escala analítica que recuperaba de manera central las relaciones sociales en el análisis del espacio de estudio, e indagar éstas con el bagaje de otras disciplinas sociales. Por otra parte, hace un par de años Beatriz Rojas señaló que si bien la categoría de región era cuestionada en la actualidad, seguía siendo vigente a pesar de las críticas adversas; en tanto dicho concepto podía ser revisado para darle un contenido metodológico más procedente en función de las investigaciones que lo utilizarán. Y si bien reconocía que el concepto de territorio se ocupaba recientemente en los estudios históricos, esto era una elección originada respecto al tipo de tema en análisis y no una constante dentro de la historia regional mexicana. En el marco de estas posturas analíticas respecto a la historia regional, es que la ponencia tiene como objetivo revisar sucintamente las premisas y argumentos de diversos historiadores, entre ellos los ya citados, que en los últimos años han reflexionado sobre la historia regional mexicana en términos metodológicos.
La finalidad es mostrar hasta qué punto la historia regional ha sido capaz de dar respuesta metodológicamente al estudio de los impactos regionales en el pasado mexicano, cuando al igual que en el presente las crisis sociales, políticas y económicas dieron vuelcos en la recomposición de las regiones