ANTECEDENTES
En un contexto de acelerado envejecimiento poblacional, un debate importante en torno a la provisión de los cuidados de larga duración se establece en la dicotomía entre la asistencia institucional y la domiciliaria. Actualmente, la alternativa domiciliaria está cada vez más legitimada en el ámbito europeo, tanto por la preferencia que manifiestan las personas mayores de permanecer en su casa el mayor tiempo posible, como por los resultados de estudios previos que indican que el entorno residencial actúa como factor de riesgo de mortalidad en este grupo de población. En España, el modelo tradicional de cuidados ha estado centrado en las familias y en el domicilio, pero ha comportado efectos perversos para las mujeres cuidadoras. El sistema de atención a la dependencia se propone cambiar el modelo de atención a través de la profesionalización y garantizar el principio de la autonomía personal a través del trámite de consulta sobre las preferencias.
OBJETIVO
Valorar los beneficios de los cuidados de larga duración prestados a las personas mayores en el entorno residencial frente al entorno domiciliario desde la perspectiva de sus preferencias y de la calidad asistencial de los recursos de apoyo al cuidado disponibles y describir los avances del sistema en la profesionalización de los cuidados y en la protección del principio de autonomía en la elección del recurso asistencial.
MÉTODO
Estudio de cohorte histórica de base poblacional. Se estudió la población ≥65 años registrada en la base de datos del sistema de atención a la dependencia en Andalucía (España) en el período 2007-2012 (200.039 personas). Se exploraron el sexo, la edad, las preferencias, las características de la red de apoyo, los factores clínicos y el nivel de dependencia en la realización de las actividades de la vida diaria. Se diseñaron modelos de regresión logística para determinar el efecto de las preferencias sobre la elección del recurso asistencial y factores de riesgo de institucionalización para cada sexo. Se estudió la supervivencia mediante el método de Kaplan-Meier y se diseñaron modelos de riesgos proporcionales de Cox para calcular la supervivencia ajustada por las variables predictoras. Se realizaron series temporales para conocer los avances del Sistema en la profesionalización del cuidado.
RESULTADOS
El 87,4% de las mujeres y el 85,9% de los hombres manifestaron su deseo de recibir los cuidados en su domicilio particular. Las preferencias de las personas mayores se comportaron como el principal factor predictor del recurso asistencial asignado: 4,6 veces más para el cuidado en el entorno familiar, 44,1 veces más para los servicios de ayuda a domicilio, 281,7 veces más para los centros de día y 151,4 veces más para las residencias. Los hombres mostraron tres veces más riesgo de institucionalización que las mujeres. Los factores de riesgo de institucionalización identificados en mujeres fueron: el nivel de dependencia, desear vivir en residencia, una consistencia y una fragilidad medias de la red de apoyo y tener un diagnóstico de demencia. En hombres, desear vivir en una residencia y una consistencia baja de la red de apoyo.
La mortalidad fue menor entre quienes recibían cuidados en el domicilio que entre quienes vivían en centros residenciales, tanto en mujeres (31,9% vs. 48,7%) como en hombres (43,8% vs. 52,6%). El Modelo de Cox ajustado por sexo, edad, nivel de dependencia, preferencias y características de la red de apoyo encontró que la atención residencial incrementa el riesgo de morir un 52% en comparación con la atención en domicilio. Otros factores de riesgo de mortalidad identificados fueron: nivel de dependencia (1,3% por cada punto), edad (5% por cada año), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (29%) y las neoplasias malignas (45%). Ser mujer es un factor protector de mortalidad (40% menos de mortalidad que los hombres).
Otros factores de riesgo de mortalidad identificados en ambos sexos fueron el nivel de dependencia en las actividades de la vida diaria, la edad, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las neoplasias malignas. En mujeres, también es factor de riesgo la enfermedad cardíaca y en hombres, la enfermedad de Alzheimer y la demencia.
La disminución en la proporción de personas que reciben cuidados familiares (del 67% al 49%) y el incremento proporcional en servicios profesionales (ayuda a domicilio, centros de día y residencias), muestran los avances incipientes en la profesionalización del sistema.
CONCLUSIONES
El sistema protege el principio de autonomía personal y avanza progresivamente en la profesionalización del cuidado. El cuidado en el domicilio es la alternativa de preferencia para las personas mayores en situación de dependencia atendidas en el Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia en Andalucía.
El riesgo de institucionalización está condicionado por las preferencias de la persona y su familia y las características de la red de apoyo, más que por las condiciones clínicas del individuo. El entorno residencial actúa como factor de riesgo de mortalidad en hombres y en mujeres mayores en situación de dependencia. El nivel de dependencia actúa también como un factor de riesgo de institucionalización en mujeres y como factor de riesgo de mortalidad en ambos sexos