Año 1988. Mes de Febrero. Las Fuerzas Armadas Españolas protagonizaban uno de los
capítulos más destacados de toda su Historia. La aprobación del Real Decreto Ley 1/1988, de 12
de febrero, abría la puerta de los Cuarteles a las mujeres que deseaban compartir con los
hombres la posibilidad de defender las fronteras de su país cuando éste así lo necesitase. Su
incorporación a los efectivos militares ha seguido a lo largo de estas dos décadas una línea
creciente que ha dado lugar a unas FAS donde la paridad de género se ha convertido en una
constante no sólo en las esferas de mando, sino también en los escalafones inferiores. Todo ello,
gracias a una amplia legislación que se ha asegurado de que la mujer tenga los mismos
derechos y deberes en cuanto a formación, salario, ocupación de destinos, etc., haciendo
especial hincapié, al mismo tiempo, en permitirle una absoluta y completa compaginación de su
vida profesional y personal. En este largo camino, la mujer no sólo ha contado con el apoyo de
los Gobiernos que se han sucedido en nuestro país, sino que han tenido como incondicional
sustento la ayuda de sus compañeros de filas, para quienes hoy ellas, son un ‘guerrero’ más