research

Los profesores también juegan. El aprendizaje basado en juegos en la formación inicial de los docentes

Abstract

Si el juego se reconoce como actividad de aprendizaje en educación infantil o primaria, ¿por qué los docentes de esas etapas educativas no experimentan a aprender jugando durante su formación inicial universitaria? ¿Es esto posible? Estas preguntas encuentran respuesta fundamentada en la presente comunicación dado que se ha realizado una amplia revisión de literatura sobre experiencias documentadas y estudios publicados que nos muestran las posibilidades y beneficios de favorecer que los docentes jueguen para aprender en las aulas universitarias. Los juegos son ejercicios atractivos y competitivos en los que el objetivo último es ganar. En ellos, los jugadores deben aplicar el conocimiento y habilidades que sean necesarias en su esfuerzo por avanzar en el ejercicio y alcanzar el final. Las simulaciones, en cambio, son situaciones recreadas en las que todos los participantes toman un rol particular, abordan los problemas o amenazas que surgen y experimentan los efectos de sus decisiones. La situación puede tomar, así, diferentes direcciones dependiendo de las acciones y reacciones de los participantes. Sin embargo, aún cuando las simulaciones y los juegos se definen por separado, en la actualidad, la tendencia es a converger en un único concepto aceptado por la comunidad educativa, a saber: juegos serios. En comparación con las simulaciones, los juegos serios tienden a ser más divertidos, más atractivos. En comparación con los juegos, los juegos serios tienen metas de aprendizaje específicas y resultados deseados. En ellos se logra que las competencias, objetivo de aprendizaje, se adquieran en un ambiente agradable y cuasi-real donde el alumnado es capaz de tocar, probar, equivocarse y, en consecuencia, aprender. Los juegos serios fortalecen los procesos cognitivos y mejoran o potencian las habilidades y capacidades, al tiempo que ofrecen retroalimentación en tiempo de ejecución. Y lo que es igual de importante, divierten mientras se participa de ellos.If the game is recognized as learning activity in primary education, why teachers do not experience these stages of education to learn playing during their initial university? Is this possible? Through an extensive literatura review of published studies and documented experiences we show the possibilities and benefits of encouraging teachers to play tol earn in university classrooms. Games are attractive and competitive exercise sin which the ultimate goal is to win. In them, players must apply the knowledge and skills necessary in an effort to advance the practice and reach the end. Simulations, however, are recreated situations in which all participants take a particular role, address problems or threats that arise and experience the effects of their decisions. The situation can take as well, different directions depending on the actions and reactions of the participants. However, even if the simulations and games are defined separately, at present, the tendency is to converge into serious games. Compared with simulations, seriousgames tend to be more fun, more attractive. Compared with games, seriousgames have specific learning goals and desired outcomes. Competencies are acquired in a friendly and quasi-real environment. Students are able to touch, taste, make mistakes and, learn. At the same time you have fun, seriousgames strengthen cognitive processes, the skills and capabilities, are improved providing feedback at runtime

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