Esta comunicación propone un Paradigma de Redes como nuevo principio de
comprensión ontológica, epistemológica, ético-política y estética del modelo social
surgido de la crisis terminal de la modernidad. Como nueva Filosofía de la Relación
este Paradigma representa una nueva forma hermenéutica de estar-en-el-mundo, toda
una forma de existencia interpretante, que ha de servir para la exploración de nuevas
formas de interacción consigo mismo, con los demás y el mundo desde los efectos
mundializadores producidos por la intensificación creciente de los nuevos flujos
tecnológicos. Del mismo modo, como forma de conocimiento, de manera
autorreflexiva, este Paradigma debe convertirse en un nuevo compromiso autocrítico
ante el déficit de diagnóstico social que supone la quiebra postmoderna. Ha de ser un
instrumento fundamental de conceptualización de la nueva experiencia económicosocial,
política y cultural que comporta en sí mismo