La investigación didáctica viene señalando la dificultad en la transposición hacia la práctica lectiva
de los resultados de la investigación en los dominios que convergen en el acto de enseñar y aprender.
Esta dificultad se constata diariamente: si, por un lado, hay maestros que tienen una actitud
innovadora (una minoría), por otro, hay profesores con los cuales se perpetúan formas de enseñar a
leer y escribir cercanas a las presentadas en los manuales portugueses de finales del siglo XIX,
comienzos del siguiente. La necesidad de cambiar prácticas se impone cuando la evaluación de las
competencias de lectura y escritura de los alumnos revela niveles demasiado bajos de desempeño (cf.
resultados de los exámenes nacionales (2000 a 2008) y en los estudios internacionales en los cuales
Portugal estuvo implicado (Reading Literacy – IEA 1992, Pisa 2000,2003, 2006).
Con el objetivo de mejorar las enseñanzas/aprendizajes de la lengua, fue creado el programa de
formación de profesores (despacho 546-2007). La cuestión central es comprender cómo cambiar las
prácticas en clase de manera que se tenga en cuenta los resultados de la investigación, logrando un
aprendizaje más efectivo. A través de una práctica de enseñanza de lectura y de escritura basada en
textos, se enfoca el cambio de prácticas demasiado centradas en la enseñanza del código: letras,
sílabas y palabras. El recorrido didáctico presentado sugiere el texto oral y escrito como base
(Teberosky & Sepúlveda 2009), valoriza el descubrimiento (Jolibert 1991, Rieben 1995), las
verbalizaciones del alumnado sobre las estrategias de abordaje de los escritos y la sistematización