El trabajo entrega una visión global sobre la política exterior chilena desde la década del sesenta hasta mediados de la de los noventa. La línea argumental central señala que, pese a los grandes cambios y a los distintos métodos utilizados, existe una persistencia en los objetivos de la política exterior chilena a lo largo de este período. Destaca que para alcanzar efectividad, en el largo plazo en política exterior, se debe construir un consenso que involucre a los principales actores sobre la base de una política de Estado. Los principales puntos de continuidad pueden analizarse en torno a los siguientes elementos: a) significación de los factores vecinales; b) importancia de la juridicidad; c) disuasión; d) diversidad en los vínculos internacionales; e) fuerte peso del presidencialismo; y, f) relaciones complejas con las potencias